10 RAZONES POR LAS CUALES SOY PRESBITERIANO
Rev. Misionero Marcos M. Cabral
1° Solamente al Dios trino soberano damos toda la gloria. “Solí Deo Gloria”. Y vivimos bajo su providencia y dedicamos nuestros talentos y dones con buena mayordomía en todos nuestros negocios de la vida. Reconocemos su soberanía sobre todas las cosas.
2° Jesucristo es el cabeza de la Iglesia. No es algún hombre o mujer especial. “Solí Christus”, que es el salvador, mediador del Nuevo pacto y Señor. Nosotros somos los miembros de su Cuerpo (la iglesia).
3° La Palabra de Dios es la única regla de fe y conducta. No atendemos a ninguna revelación particular o sabiduría humana para nuestra dirección. “Sola Scriputura”, que es la revelación especial de Dios, que contiene la fuente de la verdad acerca de la Divinidad y su voluntad.
4° Vivimos en el Nuevo Pacto llamado Pacto de la Gracia. “Sola Gratia”. La salvación es completa (elección, llamado, justificación, glorificación) y es un regalo del Señor que no es basado en el merito humano. Predicamos con nuestra vida, conducta y palabra, el mensaje de la cruz. Así, tenemos el compromiso de evangelismo local y de las misiones.
5° Conocemos la verdad que sin fe es imposible agradar a Dios. “Sola Fide”. La fe es certeza y convicción que entra en el descanso (sábado) de Dios. No vivimos preocupados y ansiosos por la vida, así presentamos a Dios a través de la oración nuestras peticiones.
6° Somos una Iglesia histórica y Reformada que tenemos como símbolos de fe, que son la expresión de las Escrituras Sagradas, la Confesión de fe y los catecismos mayor y menor de Westminster del siglo XVI.
7° Reconocemos que la organización bíblica es el gobierno de presbíteros, elegidos por el pueblo de Dios para la administración de la iglesia. Que los oficios bíblicos genuinos son: ministro (presbítero docente), presbítero regente y diáconos.
8° Entendemos que hay solamente dos sacramentos, que son señales y sellos del Pacto de la Gracia, el bautismo por aspersión y la santa cena que son administrados de manera reverente y verdadera.
9° Nuestro culto es nuestra propia vida en adoración diaria al Señor y cuando reunimos en ceremonia publica con todos los hermanos juntos en comunión, expresamos la honra y gloria a Dios con una liturgia bíblica.
10° Consagramos con mucha fidelidad y compromiso nuestros diezmos a la casa del Señor y con mayor alegría, impulsados por generosidad, entregamos nuestras ofrendas voluntarias.
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