jueves, 16 de septiembre de 2010

El ofrendar es ante todo una actitud de vida

MI ACTITUD AL OFRENDAR


Apartes del sermón predicado en la Iglesia Presbiteriana Betania, por el CSM. Fabio Romero Guevara, en el 24avo. Domingo del tiempo común

En el sermón del pasado domingo 12 de septiembre aprendimos que al momento dar nuestra ofrenda, debemos hacerlo partiendo de manifestar ciertas actitudes y presupuestos tales como:

Según 1 Corintios. 16:2, debemos dar según lo que hayamos recibido, bien sea por salario, ganancia de algún negocio etc. Y no dar de lo que nos sobra.

Según 2 Corintios. 8:11, Hechos. 11:29, debemos dar según lo que se tenga.

Según 2 Corintios. 9:7, la cantidad de la ofrenda la determina cada quien según lo que libre y voluntariamente haya dispuesto. Lo cierto es que hay que tener la voluntad y decisión de ofrendar, con esto se evitará que la ofrenda termine convirtiéndose en una propina y limosna.

Según 2 Corintios. 9:6, la actitud correcta es aquella que se manifiesta en la liberalidad.

Según 2 Corintios. 8:1,7, Mateo. 6:19,20, 2 Corintios. 9:10, el ofrendar es en ultima, algo que se revierte en bendición para el que ofrenda, pues la misericordia de Dios y su justicia siempre están y estarán de lado del que decide abrirse a la dependencia de Dios, practicando la justicia para quienes le rodean.

¿Hasta donde nos acompañara la justicia y la misericordia de Dios? En la caso de la viuda de Sarepta encontramos que somos nosotros mismos quienes decidimos hasta donde la compañía de Dios y su bondad nos acompañen. Que dar es igual a recibir un cielo abierto con la bendición de aquel que “da semilla al que siembra, y pan al que come, y que provee y multiplica nuestra se¬mentera, y aumenta los frutos de nues¬tra justicia”.

Todo el tema de la ofrenda halla sustento en el ejemplo perfecto de ofrenda echa con gozo, teniendo en cuenta a los demás, con voluntad, con liberalidad, con amor y buscando en el ultimas, la redención de los que sufren, para así entonces, recibir la respuesta de bendición de Dios: Jesús "el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios" Hebreos. 12:2.